José Valido y Escarlata Martínez siempre han trabajado para sacar adelante a su familia. Sin embargo, como ocurre en muchos hogares canarios, una serie de imprevistos económicos comenzaron a ahogar su estabilidad financiera. Hasta el punto de acabar con más de 60.000 euros de deuda.
Actualmente conviven con uno de sus hijos, que posee una discapacidad psíquica del 33%, por lo que requiere de unos cuidados con un elevado importe económico que han de asumir ambos.
Tras un descenso en los ingresos económicos de José, los problemas financieros comenzaron a crecer, al no llegar al Salario Mínimo Interprofesional y no poder hacer frente a los gastos básicos del día a día. Ante esta situación, aceptaron una serie de productos financieros preconcedidos para poder hacer frente a estos gastos.
A pesar de que José y Escarlata habían acudido a esta vía de escape como una solución temporal, los ingresos con los que le impidieron pagar sus deudas. Las cuotas acumuladas llegaron a un nivel que no pudieron asumir, viéndose obligados a solicitar la Ley de Segunda Oportunidad.
El asesor de Canarias Sin Deuda Ignacio Hernández señala que es común ver casos de este tipo. “Aunque pueda parecer lo contrario, muchos de nuestros clientes tienen trabajo. Lo que ocurre es que existe una falta de educación financiera, haciendo que muchos contraigan préstamos con intereses muy altos que se van acumulando”. En estos casos, tal y como le ocurrió a José y Escarlata, un contratiempo económico pone en jaque la estabilidad financiera del núcleo familiar.
José asegura que se vieron “tan agobiados” que no sabían a quién acudir. “Fue desesperante por momentos, pero merece la pena”, explica. Comenta que está recomendando el proceso a muchos conocidos que sabe que pueden necesitarlo y recomienda a cualquiera que se encuentre en su misma situación que no lo dude, porque “merece la pena”.