La Ley de Segunda Oportunidad ha logrado una nueva vida para Luis Guillén. Un vecino de San Bartolomé que acumuló 96.000 euros de deudas tras la pérdida de su trabajo fijo en 2008.
Con más de 40 años en ese momento, sufrió dificultades para encontrar trabajo, a pesar de su dilatada experiencia. Comenzó a encadenar contratos temporales y situaciones de desempleo, que le obligaron a recurrir a préstamos con las que hacer frente a sus gastos vitales.
Debido a esto quedó en una situación económica en la que era mayor la cantidad que debía que la que ingresaba mensualmente, momento en que recurre a la Ley de Segunda Oportunidad y la empresa especializada Canarias Sin Deuda.
Luis considera que su situación antes del proceso era “malísima y bastante caótica”. Asegura que que no podía hacer frente a nada, por lo que se sentía derrotado. “Recomiendo a todo el mundo que tenga este tipo de problemas que acuda a ellos, porque el trato ha sido muy cordial y muy bueno y te asesoran todo el tiempo”, asevera.
Explica que ha vivido el proceso con una pequeña duda por si podría funcionar, porque “estas cosas poco se han conocido en Canarias”. A las personas que se plantean acogerse a la Ley de Segunda Oportunidad los anima a empezar y les recomienda “llevarlo con tranquilidad” y confiando en el asesoramiento de Canarias Sin Deuda. “Merece la pena aventurarse a tener una segunda oportunidad en la vida”, asegura.
La coordinadora de la oficina de Lanzarote, Lidia Rodríguez, explica que “la colaboración total de Luis ha sido fundamental para llevar a cabo este proceso”. Apunta, además, que su situación es “muy común” en Canarias. Muchas personas han encadenado los problemas económicos que comenzaron durante la crisis de 2008 o la crisis pandémica de 2019.