Jesús Rodríguez, residente en Santa Cruz de Tenerife, ha logrado más de 100.000 euros cancelados de deudas, acumuladas a lo largo de varios años debido a una serie de factores adversos.
Su endeudamiento comenzó con la solicitud de diversos préstamos que las entidades financieras ofrecían de manera accesible. Estos fondos se destinaron a cubrir gastos necesarios, como arreglos y reformas en su vivienda. Inicialmente, no hubo inconvenientes en el pago de las cuotas debido a sus ingresos estables.
Sin embargo, la situación cambió drásticamente con la llegada de la pandemia de Covid-19. Jesús, que poseía un puesto de trabajo estable con un sueldo que le daba la posibilidad de hacer frente a sus gastos vitales y las deudas, se vio afectado por un ERTE prolongado que disminuyó considerablemente sus ingresos. Además, la crisis económica provocada por la Guerra de Ucrania incrementó significativamente el coste de vida, afectando aún más su capacidad para cumplir con sus obligaciones crediticias.
Como muchos otros canarios, la formación académica y profesional de Jesús se encuentra alejada del sector financiero, por lo que desconocía que las condiciones de los pequeños créditos solicitados podrían prolongar indefinidamente su devolución. Estas circunstancias fueron deteriorando su capacidad económica, por lo que tuvo que priorizar sus gastos del día a día por encima del pago de las cuotas crediticias.
Canarias Sin Deuda, una ayuda para ver la luz
“Antes de contactar con Canarias sin Deuda tenía dudas sobre si se podría cancelar mi deuda, pero han realizado un trabajo excelente”, explica Jesús. Además, anima a todas las personas que se encuentren en una situación similar a acudir a la empresa.
Los profesionales de Canarias Sin Deuda afirman que ha sido un proceso laborioso para conseguir el objetivo. “Tras varios meses trabajando duro hemos podido cancelar la deuda de Jesús gracias a su colaboración durante este periodo”, comenta.
Esta exoneración de deuda representa un nuevo comienzo para Jesús Rodríguez, permitiéndole recuperar la estabilidad financiera y personal tras un periodo de gran adversidad.