La Ley de Segunda Oportunidad ha permitido a un vecino de Las Palmas de Gran Canaria, librarse  de una deuda de 37.098 euros. El origen del endeudamiento de Carlos Brito comienza cuando es notificado de que adeuda unos 11.000 € a una entidad bancaria. Pasado un tiempo comenzaron las reiteradas amenazas con acciones judiciales contra su patrimonio, momento en que tuvo que recurrir a financiación externa para hacer frente a la deuda. 

Años después su situación se agravó al encontrarse con varios préstamos personales y tarjetas de crédito, que ascendía a 24.000 € más intereses, lo que acabó en 38.000 euros de deudas. Teniendo, además, que hacer frente a facturas de un núcleo familiar donde el único salario que se ingresaba era el suyo. Ante esta situación decidió recurrir a Canarias Sin Deuda y a la Ley de Segunda Oportunidad para encontrar una solución.

Intentó en determinadas ocasiones negociar con las entidades para reunificar sus 38.000 euros de deudas, sin obtener respuesta. El objetivo era minimizar la cuantía de pagos mensuales y poder evitar el impago. Además, el único vehículo que tenía para desplazarse a su puesto de trabajo se averió, suponiendo un gasto extra demasiado grueso como para afrontarlo.

“A pesar de tener un trabajo estable me encontré con unas deudas inasumibles, así que opté por informarme sobre la Ley de Segunda Oportunidad. Iba con cierta desconfianza, por ser algo nuevo para mí, y tras casi tres años hemos conseguido la exoneración de la deuda”, comenta Carlos Brito.

El abogado experto de Canarias Sin Deuda y responsable de la oficina de Las Palmas de Gran Canaria, Samuel Díaz explica: «La actitud responsable de Carlos Brito, así como su buen hacer para con nosotros, y sumado a la mejora de su situación personal hacía que cumpliera con los requisitos necesarios para acogerse a la Ley de Segunda Oportunidad, tramitando sus deudas y llegando a un resultado tan positivo como el obtenido, la cancelación total de toda su deuda. Lo que supone un nuevo comienzo y encarar su nueva vida lleno de ilusión y esperanza”. 

La Ley de Segunda Oportunidad, que comenzó a funcionar en 2015, le ha permitido cancelar sus deudas con todas las entidades y empezar desde cero. Además, ha podido mantener su vehículo, que es necesario para sus desplazamientos al puesto de trabajo. 

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